Convivencia de jóvenes: Un verano lleno de esperanza
Este verano, 120 jóvenes de las parroquias de Placetas, Falcón, Fomento, Báez, Cabaiguán, Guayos y Cienfuegos se reunieron durante una semana en Camagüey, en la casa diocesana, para vivir un campamento parroquial.
Después de Matanzas el año pasado, esta nueva edición de la Convivencia volvió a reunir a una juventud llena de entusiasmo y de fe.
 
															Una experiencia vivida a plenitud
A pesar de las condiciones difíciles —sobre todo los apagones eléctricos limitados a cuatro horas diarias—, los jóvenes fueron verdaderos protagonistas de su campamento.
Divididos en equipos que mezclaban estudiantes de secundaria y de preuniversitario, aprendieron la cohesión, la ayuda mutua y la responsabilidad, en un espíritu inspirado en el escultismo.
Tres pilares marcaron la semana:
- La oración: misa diaria, confesiones, momentos de oración y alabanza. 
- El juego: espacios de creatividad, aventura, deporte y descubrimiento de los talentos de cada uno. 
- La fraternidad: comidas compartidas, servicios comunes y vida en comunidad con sencillez. 
Un modelo de santidad para iluminar el camino
Durante toda la convivencia, los jóvenes estuvieron acompañados por la figura del Beato Padre José Olallo, hermano hospitalario de San Juan de Dios.
A través de su ejemplo, descubrieron que se puede amar y servir incluso en la pobreza, y que para la juventud cubana es posible vivir la santidad cada día, con caridad y fidelidad.
Alejandro, de 23 años, estudiante de medicina, comparte su testimonio:
“Esta convivencia es uno de los momentos más importantes del año. Es una alegría inmensa transmitir esperanza y amor, y olvidar por unos días las dificultades que vivimos.”
 
															Gracias por su apoyo
Nada de esto habría sido posible sin la generosidad de quienes nos apoyan.
Sus donaciones permitieron hospedar y alimentar a todos estos jóvenes, financiar las actividades y proveer el material necesario para la liturgia, los juegos y la vida comunitaria durante estos seis días de convivencia.
Ustedes no financian solo un campamento: están invirtiendo en la juventud cubana, en su formación humana y espiritual, y en una generación llamada a llevar la fe y la caridad a todo nuestro país.
¡Gracias de todo corazón!
